viernes, septiembre 02, 2005

Cuando la realidad te estropea un titular...

No creo que haga falta abundar demasiado sobre el terrible desastre que ha caído sobre los Estados norteamericanos de Alabama, Mississipi y Louisiana (por no hablar de su capital, Nueva Orleans; además, su alcalde, Ray Nagin, tiene una opinión no muy positiva sobre su papel en la crisis: "Que muevan el culo y que hagan algo" o "Sólo han enviado... mierda"). Parece ser que la total ineptitud e imprevisión del Gobierno Federal de los EEUU, que ahora se dedica a cargar las tintas sobre la gente que "no quiso" (supongo que hay que interpretarlo como "no pudo", que se ajustaría mejor a la realidad; además, ahorraré de opinar sobre semejante...) hacer caso de las órdenes de evacuación... Eso sí, la cobertura informativa ha sido brutal (hay que hacer notar que antes llegaron las cámaras de televisión que no la comida a la gente aislada en Nueva Orleans).

Incompetencia y falta de vergüenza a parte, me gustaría profundizar un poco sobre la cobertura informativa, poniendo dos ejemplos sobre lo que debería (o no) de ser una cobertura informativa. Por un lado, está Albert Elfa, corresponsal de TVC en Washington D.C. (desde el pasado 25 de julio, que sustituyó al anterior corresponsal, Salvador Sala), quién el lunes lió el petate y se trasladó a la región hecha jirones por el huracán (concretamente, llegó hasta Biloxi). Sus crónicas resultan interesantes y merecen bastante crédito, y sus comentarios y valoraciones parecen lúcidos y dignos de confianza. Su descripción de la visita de Bush a la ciudad ha sido (más o menos): "Sólo vimos una nube de polvo levantado por los vehículos pasando de largo a toda velocidad después de visitar un barrio previamente seleccionado y, posiblemente, preparado".

En cambio, tenemos a la corresponsal de Telecinco en Nueva York (por mucho que he buscado, no he encontrado su nombre), quién hasta el miércoles se dedicó a ir informando bien cómoda en una butaca de su pisito en Manhattan y no se trasladó también a Biloxi hasta el jueves (quizás me equivoco, corregidme, por favor). Sus crónicas no aportaban nada y, hasta cierto punto, resultaban pastelosas; "la gente se ayuda mucho unos a otros" fué lo mejor que ha sabido decir desde que se encuentra ahí (entiendo que pasar del lujo de vivir en Manhattan a tener que vivaquear y vagabundear entre montones de ruinas y barro puede dejar descolocado a cualquiera). En fin, de risa.

Y ya hablando de medios de comunicación, no puedo resistirme a la tentación de comentar el famoso editorial de Libertad Digital del pasado 30 de Agosto. He aquí su más "célebre" cita, después de despacharse a gusto contra los defensores de la teoría del calentamiento global (con argumentos algo pueriles, la verdad):

Pero si Katrina no puede enseñarnos nada sobre el incremento de las temperaturas y su relación con los huracanes, sí que puede darnos una lección mucho más valiosa sobre el efecto de la riqueza en los desastres naturales. No se tiene noticias aún sobre víctimas mortales pero, en el caso de que desgraciadamente las haya, es seguro que no serán demasiadas. La prosperidad de los ciudadanos estadounidenses ha facilitado que se produzca una evacuación masiva en muy poco tiempo. Las carreteras, los automóviles o los servicios de emergencia serían de mucha peor calidad. Se producirían las catástrofes en términos de vidas humanas que solemos ver en Centroamérica. Y es que la prosperidad salva vidas.


En fin. El comentario que hacen de dicho Editorial en Rebelión se ajusta bastante a lo que yo (y muchos más, supongo) también opinan sobre dicho artículo (por no hablar de las ideas de que hacer con dicho editorial y su autor que se me están ocurriendo)...

Y ya despidiendo, he encontrado por ahí este "jugoso" comentario:

La posibilidad de cagarla por comentar una noticia justo despues de ocurrir es directamente proporcional a lo profundo que hayas metido la lengua en el culo de alguien durante la redaccion de la misma.