miércoles, abril 05, 2006

No quieren ser como nosotros

Navegando por la Red he encontrado un post que refleja fielmente mi posición sobre lo que va sucediendo en Francia estos últimos meses.

Y ya puestos, también leed este otro artículo sobre la política penitenciaria en España.


NO QUIEREN SER COMO NOSOTROS

“Es interesante anotar que muchos comentaristas, y hasta algunos grandes canales de televisión, han presentado la triste situación de los jóvenes españoles en trabajo precario y mal pagado como el revulsivo absoluto que la juventud francesa debe rechazar. «No queremos ser como tantos jóvenes españoles -dicen muchos estudiantes revoltosos-, no queremos ser una generación basura».”

Ignacio Ramonet, Radiochango, 28.03.06

“Felipe González a la fuerza,
quiere meternos en Europa:
con el frío que allí hace
me tendré que comprar ropa.”

Los volteretas (creo), la agrupación,
Carnaval de Cádiz, 1995(creo).


Aquí también tuvimos nuestros CPE´s variados durante principios de los 90, lo mismito por lo que la juventud estudiantil y las clases trabajadoras francesas está poniendo las universidades y en general el país bocabajo. CPEés a la española. Programa de gobierno de nuestra nacional-católica patronal ejecutado por los predicadores de la real pölitik- Solchaga, Solana, Chaves, Guerra- que parió el Congreso de Suresnes. Congreso en el que un tal Isidoro traicionó a la historia de su partido y a toda la clase trabajadora de España.

Unos años antes el Generalísimo moría en la cama y miles de personas pasaban a rendirle honores- entre ellas un futuro ministro-. Todo atado y bien atado: en Italia los partisanos jugaron al fútbol con su cabeza, en Grecia y Portugal tuvieron que salir por patas, en Alemania se pego un tiro. El fascismo cuando no se le mata, no se muere. En este país permanece en la estructura de poder, en la justicia, en el ejército, en la policia- la garrota del Estado-, en 1ª persona del singular. O por los hijos de los que provocaron aquello. La estructura del miedo en la gente, en las conciencias, en las organizaciones sociales, políticas, sindicales, en 1ª persona del singular. O en los hijos de los que sufrieron aquello.

Europa nos decía:- ¡ven! -, como llama un pederasta a un niño. Estructura colonial de poder: somos una colonia de Alemania y Francia, y por supuesto del Imperio: sector servicios-eufemismo de putas y camareros- y reconversiones industriales, Rota, Morón, Torrejón, Zaragoza, Gibraltar, competitividad, rentabilidad, productividad, déficit cero, fondos de cohesión, cuotas agrarias y mucha banderita azul, oiga. Un señor alemán con cierto parecido a Papa Noel decía que “la Historia se escribe primero como farsa y luego como tragedia”. Bolkestein es una secuela enésima del Tratado de Maastrich, año 1994, quincuagésimo año triunfal, ¿recuerdan?, cuando nos subimos alegres al tren de Uropa como corderitos camino del matadero neoliberal de derechos laborales. La modernidad en España se llamó “cultura del pelotazo”, OTAN, GAL. Y reformas laborales.

Dos reformas laborales, con medidas semejantes a la Ley de Empleo Juvenil de Dominique de Villepin, fueron paridas por el P¿SO?E durante los años 90.

La primera en 1992, a través de un decretazo en el que se rebajaba la duración y la cuantía del seguro de desempleo. En aquel momento servidor contaba aún su edad con los dedos de las manos y de ese año sólo recuerda el gol de Kiko en la final de fútbol de las Olimpiadas de Barcelona y el calor y las colas de la Expo´92 de Sevilla, pero imagino que ya empezó a sonar con fuerza la cantinela de la flexibilidad y la productividad.

Los sindicatos menos minoritarios convocaron una huelga general en plena caída libre al sofá en el que paulatinamente se han ido echando la siesta. Después pactaron algunos asuntos y cada mochuelo a su sede.

Los cascotes del Muro de Berlín habían caído sobre el movimiento sindical y obrero de Europa solo tres años antes provocando amnesia, aturdimiento, traumatismo craneales severos y en algunos casos la muerte. Mi generación anda quitándose aún de encima el polvo que provoco aquel derrumbe.

La segunda, en 1994, con la que se introduce nuestro particular CPE: lo que antes era tipificado por el Código Penal como delito de tráfico de trabajadores pasa a ser un remedio contra el paro, por obra y gracia del Dios Mercado, en pos de la flexibilidad y la productividad, que ya son todo un superhit, 3,2 ó 1, en los 40 Principales. Con el invento de las ETT´s se inauguran las lacras de los contratos basuras y la subcontratación. En ese momento sólo me faltaba un dedo para poder contar mis años con las manos, pero recuerdo a un montón de gente acampada en nosédonde reivindicando el 0´7% del PIB para el Tercer Mundo.

A ver si lo captan: mientras la CEOE conseguía implantar los mecanismos de explotación de la fuerza de trabajo y de extracción de la plusvalía más salvajes de las últimas décadas, aquí, en España, las y los jóvenes estábamos pidiendo una limosna para los países empobrecidos por el imperialismo, la división internacional del trabajo y la concentración del capital. Unos cracks. Y encima ni lo consiguieron. Unos figuras.

El Sindicato y UGT convocaron otra huela y firmaron otro pacto. Cada mochuelo a su sede. Después se han dedicado a entrevistarse con el Diablo en vez de exorcizarlo.

Los viejos sueños turboliberales, cuya hegemonía mundial fue aplazada desde Octubre de 1917 por los camaradas del Partido Bolchevique y los Soviet de toda Rusia, tenían ya el campo despejado tras un sistemático bombardeo aéreo de propaganda individualista, consumista, esteta- revoluciones culturales descafeinadas de por medio, con mucha laca y pocas luces- y una inteligente dosificación de sedantes a las organizaciones obreras en forma de subvenciones y otros bártulos y a la juventud en forma de heroína. El Estado del Bienestar fue un espejismo, un oasis pírrico en el desierto capitalista. Y en España, ni eso.

Durante los 80 las organizaciones sociales fueron siendo desmontandas una a una: las CC.OO fueron paulatinamente, blanqueadas con lejía los tres sietes, el movimiento vecinal se dedicó a organizar torneos de mus y grupos de croché, el movimiento estudiantil ni siquiera llegó a organizarse durante la lucha contra Franco, el Sr. Santiago Carrillo sacrificó al PCE en el altar de la democracia formal burguesa. Penúltima fase de desmontaje de las estructuras organizativas del movimiento antifranquista de los 70.

Las estructuras de socialización populares- fábrica, barrio, colegio- fueron sustituidas por centros comerciales, adosados y una televisión por habitación. Después llegaron los Grandes Hermanos y sus secuelas degradadas y degradantes en progresión geométrica. La abuela, la hija y la nieta. El abuelo, el hijo y el nieto. Atontados por la misma basura audiovisual y explotados por la misma máquina de devorar fuerza de trabajo.

El año pasado el 90% de los contratos a jóvenes eran de carácter temporal, la mitad por obra y servicio y la otra mitad por eventualidades de la producción. Fraude de ley gigantesco e impune. 4 currelas mueren en el tajo cada día. Las casas y los coches de todas y todos pertenecen a los bancos.

Obvio que las jóvenes y los jóvenes franceses no quieran parecerse a nosotras y nosotros.