martes, agosto 15, 2006

Balance (aprovechando la tregua)

Ya que parece que la tregua se va consolidando (aunque Israel se reserva el derecho a "defenderse", término que ha demostrado ser muy etéreo) poco a poco en el Líbano, aprovecho para hacer un poco de balance a esta estéril (por enésima vez) guerra que se ha librado a lo largo de estos últimos 30 días. A parte de los 1100 libaneses (la inmensa mayoría civiles) y 156 israelíes muertos (contándose entre estos también un buen número de civiles, siendo así la guerra en la que han muerto más civiles israelíes desde 1948), esta guerra supone una seria humillación para las IDF ("Fuerzas de Defensa de Israel", en sus siglas en inglés), ya que no ha alcanzado ninguno de los objetivos propuestos: ni ha liberado a los dos soldados prisioneros (casus belli de esta guerra) ni ha logrado eliminar a Hezbollah como fuerza militar efectiva en el sur de Líbano, sorprendiendo a no pocos por su firme determinación y buena preparación a la hora de enfrentarse a las columnas acorazadas del Tsahal; además, resulta dudoso que lleguen a desarmarse, tal y como exigen las resoluciones 1559 y 1701 de la ONU. Esto ya se verá como acabará, pero es de suponer que se lleve a cabo algún tipo de arreglo que permita a la milicia seguir existiendo, pero quizás bajo otro nombre (o uniforme). Por lo demás, quizás sirva para estimular a otros en Oriente Medio (sobretodo a los palestinos) a lanzarse a la "aventura" contra Israel, pero esto resultaría muy imprudente: los milicianos libaneses tenían como único objetivo resistir a la feroz e implacable ofensiva israelí, aprovechando que tenían el terreno a su favor y asestando duros golpes (sobretodo al orgullo) a Israel, socavando así su "fuerza de disuasión", hasta que la situación dejase de ser (aún menos) favorable para el gobierno de Ehud Olmert. Los errores del alto mando israelí también claman al cielo: a parte de demostrarse, por enésima vez, que la aviación no sirve como sustitutivo efectivo de las operaciones terrestres, se añade el hecho del fallo del servicio de inteligencia israelí a la hora de señalar las capacidades de los misiles antitanque disponibles por Hezbollah así como el alcance y eficacia de su arsenal de cohetes y misiles de alcance medio; en definitiva, como seña de todo militar incompetente (y, para más inri, posiblemente sin escrúpulos), han subestimado a su adversario.

Por otro lado, los costes económicos son enormes: los daños a las infraestructuras libanesas suponen un coste estimado de 2.500 millones de dólares; la "factura" por parte de Israel asciende hasta los 5.200 millones. Aquí cabría preguntarse a quién le tocará pagar todo esto (sobretodo los costes de reconstrucción), aventurado yo ya una respuesta: como ya va siendo tradicional en la zona, la Unión Europea.

Y ya para finalizar, una nota de cáustico humor. Y otra (esta verídica):

Israeli newspapers are filled with reports of soldiers complaining about food, water and equipment shortages in southern Lebanon. The military was having so much trouble moving supplies over the rough terrain that it experimented with using llamas as pack animals. The experiment failed when an entire train of llamas sat down on the job, forcing the military unit to abort an expedition, according to several news reports.