domingo, diciembre 11, 2005

El esperpento, deporte nacional

A continuación os copio una noticia aparecida en la página 26 (sección de "España") de El País en su edición de hoy (11-XII-2005) de la mano de Juan Manuel Pardellas. La negrita del final está añadida por mi.

El dedo mutilado

"Es como si me hubieran quitado un brazo, no quería verlo", comentra entre sollozos Pepe Dámaso, el artista que más ha inspirado su obra pictórica y escultórica en el monumento natural de El dedo de Dios
. El monolito de basalto de seis metros de alto se precipitó por efecto del paso de la tormenta Delta por Agaete (el pueblo pesquero y agrícola del noreste de Gran Canaria). Aquella roca se elevaba sobre otra mayor, de 14 metros, en forma de mano, de tal modo que siempre se le conoció como El roque partido. El religioso Domingo Doreste lo rebautizó a principios del siglo pasado como El dedo de Dios. Así sea ha mantenido hasta hace dos semanas.
La pieza yace a tres metros de profundidad hecha añicos de varios centímetros hasta trozos de 1'5 metros. El alcalde, Antonio Calcines, ha convocado a geólogos, etnólogos, artistas y biólogos para que, a partir de esta semana que comienza mañana, determinanen qué se hace, si restaurarlo, abrir un museo, dejarlo como la naturaleza lo moldeó nuevamente o recuperar su antiguo nombre.

Cuando terminé de leerlo parpadeé incrédulo y volví a leer la nota, no fuese que la hubiese entendido mal... Pero no, no me equivocaba. Se proponen, seriamente, a
restaurar una roca tumbada por el viento. Lo primero que pienso es que si restauran dicho monumento natural (ajena a la acción humana), esta pasará a ser artificial (fruto de la acción humana, descartando las opciones más descabelladas)... ¿Y qué dirán en la más que previsible placa commemorativa? ¿Algo como "Roca natural restaurada en fecha de..."?

En fin, como dice el refrán,
"de donde no hay no se saca".