domingo, septiembre 03, 2006

La catalanofobia (que sí existe) como excusa

Estos últimos días ha habido cierta polémica sobre el relevo (con elementos típicos de la política de este país) de José Montilla por el alcalde de Barcelona Joan Clos en el Ministerio de Industria al respecto de la llamada "cuota" catalana en el Gobierno central (en Madrid).

Sirvan de muestra algunos comentarios que he llegado a leer en el blog de Escolar.net:

Por cierto, interesante artículo. Vamos a contar cuántos "ytumas" y cuantos agravios a catalanes sensibleros aparecen en las respuestas.

Pues si, hay que representar a todos los Españoles y hay algunos que si no tienen a unoo de su propia región se ponen tontos xD

La xenofobia española va a más:los ¨periféricos¨ no podemos ocupar cargos importantes,nuestras empresas no puedan comprar una españ...ops!,madrileña...¡Perdón por existir!Si les desagradamos tanto,empiecen a pensar que quizá no sea tan mala idea que cada uno se vaya por su lado.

Y eso que me parecen bastante suaves... Imagino que en Libertad Digital o en algún foro de El Mundo deben de decirse tonterías de aún más calibre, luciendo rencores y demás fantasías conspiranoicas de lo más extrañas.

Eso sí, con sorpresa, he encontrado un comentario (el 52º) que me ha parecido muchísimo más acertado:

Vamos con la caricatura: el PSC fue una federación fundamental en la elección de Zapatero dentro del PSOE. Y como el PSC representa los intereses de parte de la burguesía catalana, el pago parcial de esta deuda ha sido otorgar el ministerio de industria al PSC para respaldar las operaciones financieras de La Caixa.

Muy bien: ¿de qué se está en contra? A primera vista podría parecer que se está en contra del simple conchabeo político, el reparto de la tarta, etc. Pues bien ¿conciliar los diversos intereses que participan en la sociedad no es un el elemento esencial que define a la política? Se podría hacer, y casi simempre se hace, este tipo de lectura sobre cualquier decisión política, pero... ¿cuales son las peculiaridades del caso Clos?

En primer lugar, se llama al gobierno de los expertos. ¿Acaso un técnico es necesariamente un buen político? Si lo que se reclaman son expertos ¿deberían opinar sobre ellos sólo los expertos o también nosotros ciudadanos no-expertos? La tecnocracia y la democracia no siempre se llevan bien.

A nadie se le escapa que por muy experto que uno sea, en este mundo también se es parcial y se representan intereses y ahí viene el dato con el que se queda todo el mundo: Clos representa los intereses de la burguesía catalana.

Aquí se llega al meollo fundamental, la identificación de Clos con Cataluña y de ésta con la burguesía. Respecto a lo primero, ya se ha dicho que nadie señala con la misma intensidad la procedencia de ministros de otras partes: la cuota madrileña, no existe.

Esto es significativo porque no es que no haya ministros madrileños o murcianos, es que parece que a los que proceden de lugares donde existe una expresión política y cultural diferente son vistos bajo sospecha de parcialidad.

Sin duda, este argumento es coherente con el de la tecnocracia y tiene el mismo punto débil: la neutralidad es la parcialidad a la que se está ciego y se entiende por natural, la parte que hegemoniza el todo. Esta puede ser, por ejemplo, cultural: una lengua es la de todos y otras son las de algunas partes o, generalmente y por no abrir un debate imposible, económica: una clase representa los intereses del conjunto de la sociedad mientras otras sólo las de una parte.

No deja de resultar curioso que, en estos casos, normalmente se utilice justo y al mismo tiempo el argumento contrario: la burguesía catalana agazapa sus intereses parciales bajo el manto del nacionalismo, con la disculpa de una cultura diferente sólo se defiende el interés parcial de una clase social de un lugar determinado. Lo interesante de esto último es saber a quién se está atacando: ¿a los catalanes, a la burguesía o a la burguesía catalana? A la burguesía como clase está claro que bien poco: vivimos en una sociedad democrática y de libre mercado, la burguesía es la clase hegemómica indiscutida. Matizando podriamos pensar que a la burguesía catalana pero en este caso ¿Por qué la catalana y no la de otra parte, por ejemplo? ¿Por qué no se ataca al conjunto de la burguesía?

La última opción sería pensar que el objetivo de la crítica son los catalanes porque lo que se debate es como se reparte el poder en el seno de la propia burguesía y es facil territorializar este debate. La cuestión es clara ¿a qué se está jugando en este cúmulo de contradicciones al cuestionar a los catalanes sin cuestionar el conjunto de España y, simultaneamente, a la burguesía sin atacar a toda la burguesía? ¿Pueden los catalanes representar a toda España? ¿Se puede representar a toda España sin los catalanes? Lo que se está escondiendo es la vergüenza propia señalando la ajena, la Caixa no reparte dividendos entre los ciudadanos de Cataluña y Metrovacesa tampoco lo hace con los madrileños. ¿Qué intereses económicos defiende la gente que ataca de esta manera a los ministros "catalanes"?

Publicado por: Breixo a las Septiembre 2, 2006 11:49 PM

Y así está (y seguirá estando) el patio de la política española...