domingo, febrero 26, 2006

Un perro importa más que un trabajador

Ayer ví una noticia en el Telenotícies de TV3 que me dejó de piedra. Hablaba del cierre del canódromo Meridiana, el último que quedaba en Barcelona, quedándose en la calle 54 trabajadores y los 600 perros que competían en las carreras.

Lo que me pareció escandaloso es que mientras dedicaron medio reportaje a hablar sobre el futuro de los seiscientos perros de presa, no dedicaron ni medio segundo al futuro de los trabajadores.

A esto nos lleva, parece ser, la supuesta izquierda progre. Importa más quedar bien hablando de perritos mientras lo fundamental (los trabajadores) se margina.

Y la gente lo acepta.

viernes, febrero 24, 2006

José Ignacio Lago (I)

Después de un tiempo sin publicar nada por aquí os presento el primero de una serie de análisis extremadamente críticos sobre el "trabajo" de un señor llamado José Ignacio Lago. Podéis acceder a su web aquí. Para informaros del personaje, pinchad aquí.

Bien, para empezar diré que una somera lectura de los contenidos de la web nos revela cuales son las tendencias que podemos observar en él. Por un lado, sus libros: César-Alejandro-Aníbal, Las campañas de Julio César. El triunfo de las águilas, Las campañas de Alendro Magno... Hasta aquí no hay nada objetar leyendo sólo sus títulos. Cada uno tiene sus gustos (yo por ejemplo, hice un trabajito la mar de friki sobre el Ejército Rojo -y a mucha honra-) y nunca habrá nada que objetar siempre que el trabajo o estudio realizado presente cierto rigor.

Pero si seguimos consultando el título de sus libros, podemos empezar a preocuparnos: La pérdida de España. De Guadalete a Covadonga, Grandes batallas de la Reconquista I. Sagrajas, Aledo, Uclés y Alarcos, El Cid. La espada de la Reconquista, Tenerife 1797. La derrota de Nelson y Las Navas de Tolosa 1212. La verdadera Cruzada. El primero de los títulos ya nos revela que este buen señor tiene cierta obsesión (que ya habréis podido notar en su autodescripción) con el término España
, pero no voy a deternerme (almenos hoy) en este punto. También podemos observar el libro dedicado a don Rodrigo Díaz de Vivar, el Cid, y lo primero que uno podría pensar es que este señor debió de ser un firme defensor de la auténtica y reluciente Fe y un acérrimo enemigo del "rey moro"... Eso siempre, claro, cuando él no servía a las órdenes ese mismo "rey moro" a cambio de su también reluciente y (hemos de suponer -ya que don Rodrigo no debía tener un pelo de tonto-) auténtico oro. Y sobre el libro que versa sobre las Navas de Tolosa... En fin, dejo los comentarios que se me ocurren para un futuro artículo.

Si continuamos en nuestra somera primera lectura de los contenidos, podemos también observar que la web (cuyo diseño tampoco es gran cosa) está dividida en diversas categorías temáticas: Jesús de Nazaret, Acero y vapor. Los buques de guerra, Las legiones de Julio César, La Guerra de Troya, Cartago, Los iberos (no puedo dejar de copiaros el comentario adjunto al enlace: "
La guerra en la España de la Antigüedad. La increíble resistencia de los españoles contra Cartago y Roma. Numancia."), Los Visigodos ("La nación bárbara que le ganó España a Roma." Siendo malicioso, cabe preguntarse al leer dicho comentario: ¿Cómo? ¿Jugando al mus? ¿O a los dados? -pese a que dicho juego no lo aprendieron los europeos de los árabes hasta muchos siglos más tarde-), Mis maquetas y El Real Madrid. Historia de un sueño.

Este último título resulta, cuanto menos, chocante. Leyendo los títulos de los diversos apartados, vemos que don José I. Lago es bastante aficionado a la Historia Militar de la Edad Antigua, añade un apartado que versa sobre un hobby la mar de respetable, el cristianismo (que él debe identificar sólo con la secta católica apostólica romana) y la Historia de la Marina militar moderna. Todos estos temas tendrían perfecto ajuste en un portal que se considerase especializado en la Historia... ¿Pero el Real Madrid? No sé otros (y otras, claro) pero no creo que el Real Madrid, pese que ha tenido épocas que han resultado muy gratificantes para sus aficionados (cosa siempre muy respetable), merezca ser considerado un apartado relevante que pueda codearse con la historia de Cartago o de las legiones romanas bajo las órdenes de Julio César....

Esto, claro, siempre que ese portal sea serio y solvente.

Como se puede observar, este portal va a dar mucho de sí en este blog...

lunes, febrero 06, 2006

Avivando las llamas (¿a quién le interesa eso?)

El último leño a la hoguera

Robert Fisk
La Jornada

Así que ahora se trata de cartones sobre el profeta Mahoma con un turbante en forma de bomba. Los embajadores son retirados de Dinamarca, los sauditas y los sirios se quejan, las naciones del Golfo Pérsico quitan de sus anaqueles todos los productos daneses y hombres armados en Gaza amenazan a la Unión Europea y a periodistas extranjeros. En Dinamarca, el editor de "cultura" del bobalicón diario en el que aparecieron esas tontas caricaturas -en septiembre pasado, por Dios- anuncia que "estamos siendo testigos de un choque de civilizaciones" entre las democracias laicas occidentales y las sociedades islámicas. Esto comprueba, supongo, que los periodistas daneses se mantienen fieles a la tradición de Hans Christian Andersen. ¡Ay, Dios, Dios! Lo que estamos presenciando es la puerilidad de las civilizaciones.

Comencemos en el Departamento de Verdades Domésticas. Esto no es una cuestión de laicismo contra el Islam. Para los musulmanes, el profeta es el hombre que recibió las palabras divinas directamente de Dios. Nosotros vemos a nuestros santos y profetas, cuando mucho, como figuras históricas, que se contraponen a nuestros derechos humanos, a la alta tecnología y a nuestras libertades; los vemos casi como caricaturas. El hecho es que los musulmanes viven su religión, nosotros no.

Ellos han conservado su fe, pese a innumerables vicisitudes históricas. Nosotros hemos venido perdiendo nuestra fe desde que el poeta inglés Matthew Arnold escribió sobre "el largo y lejano rugido del mar". Hablamos de "occidente contra el Islam" en vez de "cristianos contra el Islam", porque tampoco quedan muchos cristianos en Europa que digamos. No hay forma de arreglar esto reuniendo a las religiones del mundo y preguntando por qué no se nos permite burlar de Mahoma.

Claro, siempre podemos ejercer nuestra propia hipocresía en torno de los sentimientos religiosos. Recuerdo que hace más de una década una película llamada La última tentación de Cristo mostraba a Jesús haciéndole el amor a una mujer. En París alguien le prendió fuego al cine que presentaba la cinta, y en el incendio murió un joven francés. También recuerdo que una de las principales universidades de Estados Unidos me invitó a dar una conferencia hace tres años. Lo hice. Mi conferencia se titulaba "Septiembre 11, 2001: pregunten quién lo hizo, pero por amor de Dios no pregunten por qué".

Cuando llegué a ofrecer la ponencia me encontré con que las autoridades habían eliminado la frase "por amor de Dios", alegando que "no querían ofender ciertas sensibilidades". Ajá, así que nosotros también tenemos "sensibilidades".

En otras palabras, a pesar de que exigimos que los musulmanes se comporten como buenos laicos cuando se trata de la libre expresión -o de caricaturas vulgares-, todavía tenemos que preocuparnos porque los adherentes a nuestra preciosa religión no se ofendan.

También disfruté enormemente las pomposas declaraciones de hombres de Estado europeos que afirman que no pueden controlar la libre expresión ni a los periódicos. Eso es una tontería. Si uno de los cartones hubiera mostrado a un rabino en vez de al profeta con un sombrero en forma de bomba nos hubieran vociferado al oído "antisemitas", y con toda razón. Esta es la queja que siempre hacen los israelíes de las caricaturas antisemitas que aparecen en los periódicos egipcios.

Más aún: en algunas naciones europeas -Francia es una, Alemania y Austria son otras- está prohibido en la ley negar genocidios. En Francia, por ejemplo, es ilegal decir que no existieron los holocaustos judío y armenio (nada más esperen a ver la reacción de Turquía ante este último punto, si es que este país llega a ingresar a la Unión Europea).

De modo que está prohibido hacer ciertas afirmaciones en Europa. No estoy seguro si esas leyes logran sus objetivos; no importa cuanto se prohíba la negación del holocausto, pues los antisemitas siempre encuentran forma de darle la vuelta a esas normas.

El punto, no obstante, es que a duras penas podemos hacer respetar nuestras prohibiciones políticas y leyes para evitar que haya caricaturas antisemitas o que se niegue el holocausto, y pese a ello nos ponemos a gritar en favor del laicismo cuando descubrimos que los musulmanes se ofenden por nuestras provocaciones e imágenes insultantes al profeta.

Para muchos musulmanes, la reacción "islámica" por todo ese escuálido asunto es una vergüenza. Es perfectamente razonable creer que a los musulmanes les gustaría ver que se introduzca algún elemento de reforma a su religión. Si los cartones hubieran promovido algún debate sobre el tema -si existiera la posibilidad de un diálogo serio-, nadie habría tenido objeciones.

Pero claramente hubo la intención de que las caricaturas fueran una provocación. Fueron tan absurdas, que lo que lo único que causaron fue una reacción.

Además, este no es el momento más adecuado para recalentar la vieja basura de Samuel Huntington sobre "el choque de civilizaciones". Irán tiene nuevamente un gobierno clerical. Lo mismo ocurre, para todo fin práctico, en Irak (donde supuestamente no iban a usar su democracia para elegir a un gobierno religioso, pero eso es lo que pasa cuando uno se pone a derrocar dictadores).

En Egipto, la Hermandad Musulmana ganó 20 por ciento de los escaños parlamentarios en las recientes elecciones legislativas. Ahora tenemos a Hamas a cargo de Palestina.

Aquí hay un mensaje, ¿no es cierto? Las políticas estadunidenses para el "cambio de régimen" y la "democracia" en Medio Oriente no están alcanzando sus objetivos. Estos millones de votantes prefieren el Islam a los gobiernos corruptos que les impusieron. El que los cartones sean arrojados a la situación para atizar el fuego es ciertamente peligroso.

En cualquier caso, no se trata de si el profeta debe o no ser retratado. El Corán prohíbe las imágenes del Profeta y aún así millones de musulmanes tienen y crean esas imágenes. El problema es que las caricaturas representan a Mahoma como imagen de violencia estilo Bin Laden. Muestran el Islam como religión violenta. Y no lo es. ¿O queremos que sí lo sea?

© The Independent

Traducción: Gabriela Fonseca