jueves, junio 29, 2006

Fútbol y patrioterismo de feria

Aunque ya un poco a toro pasado (¡por fin dejarán de darme tanto la vara con el puñetero "fúrbol" forofo!) y visto el mísero espéctaculo circense que han dado estos últimos días la selección, buena parte de los forofos en Alemania y en casa y, por supuesto, todos los medios de comunicación en España, os reproduzco a continuación un simpático artículo de Javier Ortiz. También recomiendo que os leáis este otro (del mismo autor), tiene su miga.


¿A por quiénes?

De las circunstancias más irritantes que han acompañado la participación española en el Campeonato Mundial de la FIFA, que sigue jugándose en Alemania –aunque por aquí ya casi no lo parezca–, una fue, sin duda, la naturalidad o incluso el regocijo con el que muchísima gente hizo suya la consigna «¡A por ellos!», difundida sin parar por todos los medios, incluidos los públicos. Convirtieron la cosa es una especie de canto de guerra y tuvieron éxito. En cuanto se juntaban cinco o seis forofos, se ponían a dar botes y a gritar «¡A por ellos!» como posesos.

Llevo desde comienzos de mes preguntándome quiénes podían ser esos «ellos» contra los que había que ir tan por la brava. Eso, como primera providencia. De habérmelo aclarado alguien, le habría formulado una segunda pregunta, para mí tan decisiva como la primera: «¿Y qué os han hecho, para que os creáis en la obligación de arrollarlos?».

Como nadie me respondió a la primera cuestión, no tuve la oportunidad de plantear la segunda. Y sin embargo era igual de interesante, porque toda definición hostil de un «ellos» implica la existencia de un «nosotros». (Asunto sobre el que, como se verá, tomé precauciones de entrada, preguntando «¿Que os han hecho?» y no «¿Qué nos han hecho?».)

Ese tono decididamente belicoso –tontorrón, pero belicoso–, que tan presente ha estado en los días que ha durado el espejismo del fútbol español, respondía a un planteamiento ideológico nacionalista excluyente, de ésos que tratan de definir la propia identidad a costa de las identidades ajenas. Es como el «¡Qué viva España!» al que me referí ayer: para que España pueda ser «la mejor», como pretende la cancioncita, todos los que no son España han de ser forzosamente peores.

El final, más bien triste y hasta un pelín ridículo –durante varios días vivimos el esplendor de los perdonavidas, que ya sabían que los de Luis Aragonés y el pelo de su gamba iban a dejar bien servidos a los jugadores «viejos y decadentes» de la selección francesa–, vino cuando se lanzaron a por «ellos», representados en este caso por Zidane y compañía, y se llevaron una azotaina en toda regla, por absurdos y por pretenciosos (no los jugadores, sino los del reino de la chulería, con Aragonés al frente).

Mi buen amigo Gervasio Guzmán tiene toda una teoría al respecto: «Para llegar lejos en un mundial, hace falta tener los nervios muy templados y no atolondrarse», dice. A lo que yo le apostillo: «Sí. De todos modos, tampoco estorba nada jugar mejor que el contrario».

De la participación española en este Mundial de fútbol, siempre me quedará el recuerdo divertido de esos miles de aficionados enfervorecidos, empeñados en cantar un himno que no tiene letra y cuya música, para más inri, siguen sin aprenderse (en efecto: una y otra vez, cuando la orquesta repetía la primera parte, el público se lanzaba a clamar la segunda, generando un caos genuinamente celtibérico).

Cuando en la presentación del partido España-Francia terminó aquel guirigay de barraca de feria y empezaron a oírse las muy reconocibles notas de La Marsellesa, no me costó nada imaginar lo que podía venir a continuación.

miércoles, junio 14, 2006

Ciudadanos del Imperio

Antes de nada, quisiera señalar que el autor, quién yo conozco personalmente, del artículo que voy a postear a continuación tiene poco o nada de "nacionalista". Para que nadie empiece a lucir prejuicios cutres.

Ciudadanos del Imperio

Soy de los que cree que no hay que hacerle caso a aquellos que, por su insignificancia, no merecen la más mínima atención, y así lo he hecho hasta el día de hoy al menos en lo que refiere a esta gente. Estoy hablando del Club de Hooligans de Arcadi Espada (CHAE) que celebró su acto electoral de Nou Barris por el No a l'Estatut -barrio castellanoparlante y de fuerte inmigración andaluza- en mi trabajo, un centro civico situado en esa zona de Barcelona.

Y es que a pesar de la propaganda y los grandes titulares que regalan las tontas acciones del otro bloque del No -y no me refiero a ERC-, esta gente en el fondo no es nada. Vinieron a pedirme la sala del teatro, con capacidad para 356 personas. La administración denegó la cesión de ese espacio, dado que el habilitado para campaña electoral es otro más pequeño, con un aforo algo superior a unas 70 personas.

Llega el día del evento. Llegan los organizadores. Les indico la sala que se les ha asignado. Sin venir a cuento, y sin pedirme permiso -que para algo soy el bedel- me inflan a carteles de propaganda el cívico, inclusive las columnas -en las que tapan diversos carteles de actos organizados por el centro-, el cartelón exterior y incluso mi mostrador. No les digo nada, dado que les he atentido inicialmente en catalán y igual creen que soy un totalitario nacionalista catalán negador del derecho a la libertad de expresión. En todo momento se mueven con sumo acojone mezclado con un trato en el que se intuye ese sentimiento de es que hasta estos mismos nos van a boicotear y también son nacionalistas, fijate que ni nos han dado el teatro.

Llega la hora y comienzo mi body count particular. Uno, dos, tres... hasta ocho asistentes. Vienen en grupos de dos o tres, y por lo que vi al final, se conocían todos. El body count number one llegó como hora y media antes del evento, y me dice, orgulloso, de que he llamado a la policia para que les peguen una tundas a esos radicales. Sube a la sala y se espera, con paciencia digna de Job, la hora y media que falta ahí sentado. Más gente: dos Mossos d'Esquadra a los que indico la absoluta tranquilidad del sitio. Dos chavales de veintitantos disfrazados de indepes. Con ponentes, asistentes, policia y los dos chicos cuento quince personas. A los dos últimos, que andan un poco perdidos, les digo que no vale la pena, pero el disfraz es tan malo que no tardo ni dos segundos en darme cuenta que son también mossos pero de paisano. Echo un vistazo a la sala para contar los asistentes de nuevo y apuntar la cifra en las hojas de estadísticas sobre usos de espacios. Impresionante. No recuerdo un acto electoral tan paupérrimo desde que hace unos 15 años fui a un míting de la Coalición por un Nuevo Partido Socialista, lista electoral creada por esa organización llamada POSI que se hizo famosa gracias a la interjección de cierto personaje televisivo. Y en aquella ocasión, como desconocido por los asistentes, se pasaron toda la tarde mirándome de reojo. Debieron pensarse que era algún extraño provocador, un agente de policía -disfrazado de rojo- o vaya usted a saber qué. Algo típico de la mentalidad de los grupos ultra-sectarios.

Se marchan, no sin dejarme varias decenas de panfletos en un lugar no reservado para entidades y sin pedirme permiso. Al autobusero del servicio interior del barrio le han invitado al acto de una forma extraña, ¿le interesa entrar?, hay un miting de "esto". Me dice, gracioso, "oye, T., ¿tu sabes de que se puede tratar "esto"?". Le digo que no lo sé y que "esto" puede ser desde un batiscafo hasta un destornillador. Nos reímos mucho y se marcha a por su autobús. Un miembro de la asociacion de vecinos, vinculado a ningún partido y simpatizante de ninguno de ellos, me critica la cesión de sala. "Este espacio está solo reservado a partidos políticos, y ellos aún no lo son, ¿quién se lo ha dado?". "¡Calla, totalitario nacionalista!" le espeto. Nos reímos otra vez. El último en marcharse, un organizador, despide a los dos chavales disfrazados de borrokas catalanes, que se han pasado toda la tarde dando vueltas por los locales del cívico. "¡Buenas noches, señor agente!" Mi olfato, tan fino como siempre. Incluso en lo que respecta a la plataforma CHAE: en efecto, son insignificantes, y me congratulo mucho de ello.

PD: Por cierto, el pasado 11 de junio (domingo) este blog cumplió 1 año :)

sábado, junio 03, 2006

Linux es el cáncer de América (resic!)

Navegando por ahí he encontrado esta traducción (en esta lista tenéis el original, aunque ya os aviso que dando una superficial ojeada al resto de artículos ya se puede vislumbrar las cotas de evasión y surrealismo a las que se alcanza) de un artículo escrito por un furibundo republicano estadounidense donde trata de atacar todo lo relacionado con Linux... En fin, os dejo con el artículo para que saqueis vuestras propias conclusiones.


Como la mayoría de las cosas que merece la pena poseer, los ordenadores son un invento americano. Échale un vistazo a cualquier ordenador moderno y verás que es producto del ingenio americano.


Por ejemplo, este robusto portátil IBM que estoy utilizando fue diseñado y construido por una compañía americana. Funciona con software desarrollado por Microsoft, una de las organizaciones americanas más productivas. Mi ordenador hace todo lo que pueda necesitar: puedo realizar mi trabajo, presentar mis impuestos e incluso buscar en la Biblia.

Al igual que toda la gran ingeniería americana, es un ejemplo de innovación que pone celoso a un creciente grupo de hackers europeos y chinos. Odian nuestro liderazgo en tecnología informática y no se detendrán ante nada hasta que hayan tomado el control de todos nuestros ordenadores.

Estoy hablando de un proyecto llamado "Linux", algo con lo que quizás aún no te has topado, pero puede que algún día lo hagas.

Es un programa de ordenador que, en un principio, fue desarrollado en Finlandia como un intento de evadir los derechos de copyright y las patentes de una compañía americana llamada SCO Group.


A diferencia de Windows, que es un producto comercial ya maduro (habitualmente incluido en todos los ordenadores nuevos), Linux es regalado. Puede que no parezca un gran problema; después de todo, hay un beneficio mínimo regalando un producto.

Ésto sería así si no fuera por la seductora ideología Marxista del proyecto Linux y el efecto que tiene [entre] los liberales de los Estados Azules (n.t: el azul es el color de los Demócratas Norteamericanos. Según ésto, los Estados Azules son los gobernados por dicho partido). De hecho, Linux está tan extendido y asentado entre los Estados Azules y muchas de las universidades liberales que uno de los mayores expertos en computadoras, Steve Balmer (de Microsoft) ha descrito Linux como un cáncer.

La industria americana de software está valorada en más de de 7.000 millones de dólares; introduciendo un producto extranjero como Linux, el cual a menudo se distribuye gratuitamente, podría amenazar a toda la industria. Una generación de usuarios podría acostumbrarse a aceptar software extranjero antes que pagar por un producto americano de calidad superior. ¡Si tan sólo el peligro afectara a nuestra economía!

Hoy en día, los ordenadores controlan todo; desde emisoras de televisión hasta buques de guerra. Nuestra infraestructura de defensa e información crucial están contruidos sobre tecnología informática. Si consentimos que este cáncer se introduzca en nuestras redes, no sería posible predecir el efecto que tendría en nuestra infraesctuctura, y eso es justo lo que los liberales están intentando hacer.

Imagina si el discurso del Estado de la Unión fuera hackeado porque la emisora de televisión decidiera ahorrarse dinero utilizando Linux. Imagina si un bombardero espía se estrellara porque su software fué escrito por hackers chinos o europeos. Tendría el mismo sentido que invitar a los franceses a venir a que invadiesen la Casa Blanca.

¿Y sabes qué software utiliza Osama Bin Laden en su portátil?

Si has pensado que es Linux, has acertado del todo. Osama utiliza Linux porque está diseñado para piratear DVDs, para saltarse el Acta de Copyright Digital y para defraudar a compañías como Disney.

La próxima vez que alguien te pregunte cómo financian los agentes de Al Queda sus rifles y sus lanzamisiles, puedes contestarle que unos hackers extranjeros hacen un software llamado Linux que les ayuda a robar a los americanos.

El problema de Linux es un tema que está creciendo y que los conservadores americanos no se pueden permitir ignorar. Por suerte, Microsoft ha preparado una gran cantidad de información para ayudar a los usuarios a mantenerse alejados de esta amenaza. Y hay algo que tu puedes hacer para ayudar a que América siga siendo el número 1 en el sector de la informática:

Si uno de tus amigos está usando Linux o pudiera estar tentado a probarlo, enséñale este artículo. Explícale que Linux es una seria amenaza y que si lo utiliza podría estar dejando las puertas de su ordenador abiertas a hackers chinos.

Si ves que una compañía utiliza Linux, es posible que no hayan pagado por ese software. Denúncialos ante la Alianza de Empresas del Software, quienes tienen la autoridad legal de inspeccionar los ordenadores de cualquier empresa en busca de cualquier programa ilegal, como Linux.

Por último, recuerda añadir a los usuarios de Linux en tus oraciones esta noche. Como individuos, puede que no seamos capaces de cambiar la mentalidad de la gente, pero la Biblia nos enseña que Dios puede hacer que cualquier pecador se arrepienta.