domingo, septiembre 11, 2005

The Pig War

Esta mañana andaba aburrido y decidí entrar en la Wikipedia (en lengua inglesa) para pasar el rato leyendo algún artículo. Mientras leía un artículo sobre la biografía de George E. Pickett, entre sus hechos armas anteriores a la Guerra Civil Estadounidense se mencionaba "The Pig War" ("La Guerra del Cerdo"). Despertada mi curiosidad ante tan curioso nombre, empecé a leer el artículo, no pudiendo dejar de estallar en estruendosas carcajadas a medida que iba leyendo el artículo.

Los hechos fueron que allá por junio 1846 fué firmado entre Gran Bretaña y los EUA el Tratado de Oregón, que repartía los territorios de Oregón entre ambros paises. Trece años más tarde (junio de 1859) tuvo lugar un incidente (que fué el que dió el nombre a dicho conflicto).

Ocurrió que un cerdo entró en las tierras de un granjero norteamericano, quién mató al animal de un disparo. La cosa no quedó ahí, ya que el cerdo pertenecía a un colono irlandés que formaba parte de compañía colonial británica que tenía los derechos sobre la colonia. Después de una discusión de tinte surrealista (
"Keep your pigs out of my potatoes!", parece ser que protestó el norteamericano; "Keep your potatoes out of my pigs!", le respondió el irlandés), las autoridades británicas amenazaron con arrestar al norteamericano, los colonos norteamericanos pidieron que su Gobierno les asegurase su seguridad por la vía militar. Tuvo lugar una escalada prebélica, con ambos paises aumentando sus efectivos militares en la región (más de 600 soldados norteamericanos fueron desplegados, mientras que los británicos desplegaron unos 2400 efectivos y varios buques de guerra), pero la cosa no fué (afortunadamente, sin duda) a más. Se acordó, finalmente, que ambos paises establecerían sendas bases militares en la disputada Isla de San Juan . El estado de cosas perduró hasta 1872, cuando los británicos, acatando el arbitraje ejercido por el kaiser Guillermo I, entregaron su porción de territorio a los EUA.

Supongo que con ganas de cachondearse de la cuestión, en la tabla que hay a la derecha del artículo de la Wikipedia se puede observar que en el apartado de "Casualties":

American casualties: none.

British casualties: 1 pig.


Y aquí acaba este (espero) instructivo post de hoy.

viernes, septiembre 02, 2005

Cuando la realidad te estropea un titular...

No creo que haga falta abundar demasiado sobre el terrible desastre que ha caído sobre los Estados norteamericanos de Alabama, Mississipi y Louisiana (por no hablar de su capital, Nueva Orleans; además, su alcalde, Ray Nagin, tiene una opinión no muy positiva sobre su papel en la crisis: "Que muevan el culo y que hagan algo" o "Sólo han enviado... mierda"). Parece ser que la total ineptitud e imprevisión del Gobierno Federal de los EEUU, que ahora se dedica a cargar las tintas sobre la gente que "no quiso" (supongo que hay que interpretarlo como "no pudo", que se ajustaría mejor a la realidad; además, ahorraré de opinar sobre semejante...) hacer caso de las órdenes de evacuación... Eso sí, la cobertura informativa ha sido brutal (hay que hacer notar que antes llegaron las cámaras de televisión que no la comida a la gente aislada en Nueva Orleans).

Incompetencia y falta de vergüenza a parte, me gustaría profundizar un poco sobre la cobertura informativa, poniendo dos ejemplos sobre lo que debería (o no) de ser una cobertura informativa. Por un lado, está Albert Elfa, corresponsal de TVC en Washington D.C. (desde el pasado 25 de julio, que sustituyó al anterior corresponsal, Salvador Sala), quién el lunes lió el petate y se trasladó a la región hecha jirones por el huracán (concretamente, llegó hasta Biloxi). Sus crónicas resultan interesantes y merecen bastante crédito, y sus comentarios y valoraciones parecen lúcidos y dignos de confianza. Su descripción de la visita de Bush a la ciudad ha sido (más o menos): "Sólo vimos una nube de polvo levantado por los vehículos pasando de largo a toda velocidad después de visitar un barrio previamente seleccionado y, posiblemente, preparado".

En cambio, tenemos a la corresponsal de Telecinco en Nueva York (por mucho que he buscado, no he encontrado su nombre), quién hasta el miércoles se dedicó a ir informando bien cómoda en una butaca de su pisito en Manhattan y no se trasladó también a Biloxi hasta el jueves (quizás me equivoco, corregidme, por favor). Sus crónicas no aportaban nada y, hasta cierto punto, resultaban pastelosas; "la gente se ayuda mucho unos a otros" fué lo mejor que ha sabido decir desde que se encuentra ahí (entiendo que pasar del lujo de vivir en Manhattan a tener que vivaquear y vagabundear entre montones de ruinas y barro puede dejar descolocado a cualquiera). En fin, de risa.

Y ya hablando de medios de comunicación, no puedo resistirme a la tentación de comentar el famoso editorial de Libertad Digital del pasado 30 de Agosto. He aquí su más "célebre" cita, después de despacharse a gusto contra los defensores de la teoría del calentamiento global (con argumentos algo pueriles, la verdad):

Pero si Katrina no puede enseñarnos nada sobre el incremento de las temperaturas y su relación con los huracanes, sí que puede darnos una lección mucho más valiosa sobre el efecto de la riqueza en los desastres naturales. No se tiene noticias aún sobre víctimas mortales pero, en el caso de que desgraciadamente las haya, es seguro que no serán demasiadas. La prosperidad de los ciudadanos estadounidenses ha facilitado que se produzca una evacuación masiva en muy poco tiempo. Las carreteras, los automóviles o los servicios de emergencia serían de mucha peor calidad. Se producirían las catástrofes en términos de vidas humanas que solemos ver en Centroamérica. Y es que la prosperidad salva vidas.


En fin. El comentario que hacen de dicho Editorial en Rebelión se ajusta bastante a lo que yo (y muchos más, supongo) también opinan sobre dicho artículo (por no hablar de las ideas de que hacer con dicho editorial y su autor que se me están ocurriendo)...

Y ya despidiendo, he encontrado por ahí este "jugoso" comentario:

La posibilidad de cagarla por comentar una noticia justo despues de ocurrir es directamente proporcional a lo profundo que hayas metido la lengua en el culo de alguien durante la redaccion de la misma.